Hace ya un mes que comenzó la travesía del NaNoWriMo.
Pase horas sentada en la computadora escribiendo o mirando a la pantalla sin saber que escribir, que es peor. Aunque no hay duda que la presión del NaNoWriMo fue fructífera. No solo escribí 50.000 palabras sino que tengo el esqueleto de un par de historias interesantes.
¿Cómo que un par? se preguntarán. No era una novela en un mes. Supongo que hice trampa, no lo sé. Pero escribir una historia de un tirón parece no funcionar para mi. Necesito dejar reposar la historia para pensar en que sigue o para cambiar lo que no coincide.
Aunque he de recordar que la competencia es para ustedes y no para nadie más, así que soy yo la que decido como administro mis 50.000 palabras.
Si alguien me pregunta que aprendí. Dos cosas fundamentales: que me toma más tiempo y trabajo desarrollar un hilo argumental del que yo pensaba, y aunque suena raro eso me gusta. Me parece un reto y segundo, que soy perfectamente capaz de crear varias historias interesantes en poco tiempo.
¿Cómo trabajas tu? ¿donde escribes? ¿Que te gusta o te emociona? Todas las respuestas a estas preguntas se aprenden en esta competencia. Creo que ese es el mejor premio, aprender a conocerse como escritor.
El lado malo, es que fomenta malos hábitos de escritura. Supongo que ahora tenemos 11 meses para curarlos.
Gracias a todos los que me acompañaron este mes.
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