Archivo | diciembre, 2010

Proporcionar u Ofrecer una necesidad

29 Dic

Mientras leía el reporte de una Organización sin fines de Lucro, me encontre con la siguiente frase «La organización tiene como finalidad proveer con las necesidades básicas … proporcionar las necesidades de educación básica y dieta saludable» y pense, como si ellos no tuvieran suficiente con las necesidades que ya tienen, que vienen estos a proporcionarles más. (Esta era la parte graciosa)

En el diccionario de la Real Academia tenemos que se define necesidad como una»Carencia de las cosas que son menester para la conservación de la vida» (R.A.E)

Así que no es correcto usar los verbos «proporcionar» y «proveer» con «necesidades» lo correcto sería usar»cubrir» pero para una explicación más formal podemos usar la referencia de La Fundación del Español Urgente señaló » que no es apropiado acompañar este sustantivo de verbos como proporcionarofrecer, pues no se trata de dar necesidades a alguien, sino de cubrirlassatisfacerlasllenarlascumplirlas…, es decir, de conseguir que desaparezca la necesidad, la carencia»

Recetado por una semana o mejor, 7 días!

25 Dic

Dorothea Brande, en su libro «Becoming a Writer» publicado en 1934 sugiere un ejercicio que me pareció interesante. Espero que les sea útil.

A primera hora de la mañana, justo después de despertarse. Justo en ese instante, que hasta tu dudas si estas dormido o despierto. Y comienzas a escribir lo primero que te viene a la cabeza (freewriting). La idea es utilizar el material inconsciente (lo primero que te viene a la cabeza) o el material de los sueños. Este ejercicio esta basado en la teoría Freudiana del inconsciente y que es justo en ese momento después de despertarse, cuando este esta más accesible. Podríamos debatir sobre esta teoría por años (es lo que llevan haciendo los conductistas y los psicoanalistas por décadas) pero para nosotros lo importante es buscar un momento donde fluyan más las ideas o venga la musa.

El ejercicio consiste en poner el despertador al menos media hora antes de lo que usualmente te despiertas. Aunque lo más recomendable es desde cuarenta y cinco minutos a una hora. En este tiempo te dedicas a escribir lo primero que te viene a la mente o el sueño que acabas de tener.

Este tipo de escritura puede permitirles cometer «accidentes» que se convertirán en valiosos descubrimientos como dice la autora del ejercicio.

¿Por cuanto tiempo? yo necesito al menos 3 semanas para adaptarme pero ustedes pueden hacerlo por una semana a ver que tal.

¡Un diario! Por qué y para qué

23 Dic

«Querido Diario» o 20 de Abril de 1919.

Yo nunca he sido buena llevando diarios. Comenzaba uno cada vez que encontraba una libreta hermosa y lo dejaba después de un par de días escribiendo trivialidades. Así que tenia una colección de bellos cuadernos, pero muchos escritores los han utilizado como una herramienta valiosa para su trabajo,  por ejemplo, Virginia Woolf mejoró su prosa después de iniciar su diario, además parecía reflexionar sobre su proceso creativo en el mismo.

Esta podría ser la primero función de un diario: Hacer que escribas todos los días y permitirte un espacio para reflexionar sobre tu proceso de escritura.

Peor hay otras funciones que quizás no sean tan importantes pero también hay que tomarlas en cuenta:

  • Son un deposito de aquellos pensamientos obsesivos que no te dejan escribir…
  • Te permiten conocerte y de paso reflexionar sobre tu vision del mundo, ya que eso se refleja en lo que escribes.
  • Es una fuente de material, en bruto, que puedes utilizar para futuros trabajos.

Cuaderno de notas versus diario: Supongo que ello depende de tu personalidad o del propósito. En mi caso sería una perdida de tiempo. Nunca pasaría de las primeras paginas, así que me quedo con mis micros cuadernos de notas, a lo Agatha Christie.

Editar… ¿Y ahora quien podrá ayudarme?

10 Dic

Después del NaNoWriMo he decidido editar la novela, diciembre y enero se me antojan dos meses perfectos para eso. A pesar de tener un borrador, no se por donde comenzar a corregir. Mi primer impulso fue releer e ir cambiando aquellas cosas que me sonaran mal. Gramática por un lado, ortografía por otro lado, algunas cosas de estilo. Al final, hasta el punto de vista. Esto no funcionó por una simple razón, de esta forma no es posible deshacer los cambios que no nos gustan y volver a la versión original, así que recordé una sugerencia que me dio una chica en uno de mis cursos de escritura creativa.

A. Siempre has una copia que tenga por nombre «X ORIGINAL» (Siendo X el nombre de tu escena o novela»

B. Has un tipo de modificación a la vez, por ejemplo gramática. Luego guardas el archivo con «1. X Gramatica» «2. X Ortografía» Así sabrás el orden en que hiciste los cambios y siempre podrás volver a una versión anterior.

C. Has una carpeta para cada una de las escenas de la novela.

Este sistema parece complicado, pero son tantos los cambios que hay que hacer a medida que editamos una escena que es mejor trabajarlos por parte y con orden la primera vez, hasta que tengamos más experiencia y nada de esto sea necesario.

 

    ¿Alguien perdió un diario?

    5 Dic

    A mis doce años concluí que no podía haber nada más aburrido que escribir un diario y fue ese mismo día que comencé uno. Relatar paso a paso que te ocurre, criticar a tus amigas y hablar mal de los profesores del colegio, puede ser bastante monótono. Así que nunca fui capaz de escribir un sistemáticamente, hasta la frase «querido diario» se me antojaba insoportablemente cursi. Así me encontré un día con día con «el diario de Ana Frank. Tarde meses en terminarlo, no porque no me gustará, por el contrario estaba tan enganchada que me dolía cada una de las paginas y tenía que dejarlo descansar hasta que conseguía el valor suficiente.

    No volvi a encontrarme con ningún diario que me cautivara, así que concluí que lo que hizo ese libro tan mágico era la vida de la protagonista pero que este genero literario no tenia mucho que ofrecer. Hasta que hace un par de meses me encontré con un libro, popular en el siglo XIX, llamado el diario de nadie. Fantástico, es un retrato detallado de las costumbres de la clase media inglesa de la época, muy divertido.

    Hoy leo el diario de Edith de Patricia Hightsmith. Una vida perfecta que no era tan perfecta pero que conserva esa ilusión dentro de un diario. Una pieza estupenda, al menos hasta ahora.

    ¿Son los Blogs una expresion moderna de los diarios? representan la vida de hombres o mujeres corrientes en situaciones extraordinarias, son un dibujo de ese mundo postmoderno, difícil de resumir y en estado de constante cambio o son una fantasía, un escape de una vida alienada.

    Botella al mar para el dios de las palabras

    2 Dic

    A mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: «¡Cuidado!»

    El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: «¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?» Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor que tenían un dios especial para las palabras.

    Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual. Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor. No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global.

    La lengua española tiene que prepararse para un oficio grande en ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de 19 millones de kilómetros cuadrados y 400 millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de letras hispánicas en Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países. Llama la atención que el verbo pasartenga 54 significados, mientras en la República de Ecuador tienen 105 nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aún no se ha inventado. A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero dijo: «Parece un faro». Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazó un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que don Sebastián de Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejó escrito de su puño y letra que el amarillo es «la color» de los enamorados. ¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cerveza que sabe a beso?

    Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo venturo como Pedro por su casa. En ese sentido me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los qués endémicos, el dequeísmo parasitario, y devuélvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armoniosomuéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?

    Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas a la mar con la esperanza de que le lleguen al dios de las palabras. A no ser que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis 12 años.

    Gabriel García Márquez

    Se terminó NaNoWriMo

    1 Dic

    Hace ya un mes que comenzó la travesía del NaNoWriMo.

    Pase horas sentada en la computadora escribiendo o mirando a la pantalla sin saber que escribir, que es peor. Aunque no hay duda que la presión del NaNoWriMo fue fructífera. No solo escribí 50.000 palabras sino que tengo el esqueleto de un par de historias interesantes.

    ¿Cómo que un par? se preguntarán. No era una novela en un mes. Supongo que hice trampa, no lo sé. Pero escribir una historia de un tirón parece no funcionar para mi. Necesito dejar reposar la historia para pensar en que sigue o para cambiar lo que no coincide.

    Aunque he de recordar que la competencia es para ustedes y no para nadie más, así que soy yo la que decido como administro mis 50.000 palabras.

    Si alguien me pregunta que aprendí. Dos cosas fundamentales: que me toma más tiempo y trabajo desarrollar un hilo argumental del que yo pensaba, y aunque suena raro eso me gusta. Me parece un reto y segundo, que soy perfectamente capaz de crear varias historias interesantes en poco tiempo.

    ¿Cómo trabajas tu? ¿donde escribes? ¿Que te gusta o te emociona? Todas las respuestas a estas preguntas se aprenden en esta competencia. Creo que ese es el mejor premio, aprender a conocerse como escritor.

    El lado malo, es que fomenta malos hábitos de escritura. Supongo que ahora tenemos 11 meses para curarlos.

    Gracias a todos los que me acompañaron este mes.